martes, diciembre 18, 2007

Asqmi

Importa, sí que importa. Tanto como las jarras de anfetaminas en una competencia intercolegial entre descerebrados y altruistas. Lo necesito porque el agua se evapora a la velocidad del sonido y mis ojos no pueden oler lo que dicen tus oídos.
Siempre en el camino de los caleidoscopios, donde la tragedia se victimiza y las lágrimas se petrifican al nacer. Son insoslayables los momentos ciclotímicos que atraviesa el órgano principal del aparato circulatorio, ese músculo estriado hueco que actúa como una bomba aspirante e impelente, que aspira hacia las aurículas la sangre que circula por las venas, y la impulsa desde los ventrículos hacia las arterias.
Surmergirse,

como astronauta checheno en una órbita desconocida, para navegar por las vicisitudes de la incertidumbre y encontrarse con lo que fue una estrella fugaz.
Ahora
son
sólo
micropartículas
de sensaciones
y el mercurio las une.