martes, enero 30, 2007

Ese día fue 30 de enero. Sin conexión lógica. Hoy es 30 de julio.

El tiempo es una patada en la nuca que no puede dejarte ciego porque los ojos los tenés mirando para el otro lado, pero cuando tu cabeza intente girar se encontrará con un borceguíe en la nariz. porque eaunque estoy completamente convencido de que la verdad es un simple manejo de los conductores de la realidad, siempre habrá recovecos para escapar de ella y entrar en un ámbito de sinceridad que nadie pueda comprender por no poder estar preparado para semejante atarceder de sensaciones. El rumbo de nuestros deseos está determinado por la cambiante actitud de nuestra conducta ante el desvanecer cotidiano de la costumbre, los buenos modales y la moral puritana que nos mastica como chicle en boca de teenager asiática con epilepsia. De esa manera, mantiene controlada a la ansiedad como si fuese un pez en una bolsita de nylon de feria. De todos modos, creo que la incertidumbre está jugando a las escondidas con las lombrices mientras nosotros intentamos seguir un ritmo de vida que equilibre nuestras estúpidas ambiciones mundanas, nada más alejado de las caricias fantasmagóricas que nos merecemos por habitar este territorio minado de locuras contradictorias que se pisotean por sacar a flote la embarcación de dudas anclada en el centro cívico de la ética funeraria. Para seguir las pistas, lo único que hace falta es sonreír con sarcasmo y lavarse los dientes una vez por semana. El clima se nubla.