martes, octubre 18, 2005

Caos

Había una vez una viejita, de sólo 10 años, que vivía en una casilla de la villa de Los Eucaliptus, que era muy pero muy desdichada. Sus padres le pegaban con el cinto, sus abuelos practicaban sadomasoquismo y sus hermanos eran tantos que no le alcanzaban los piojos de su cabellera para contarlos. Hasta que un día se cansó y fue a pedirle ayuda al carnicero, Don Aníbal, que le dijo que buscase las tres pistas que habían dejado los gnomos que fundaron el asentamiento. Fue entonces cuando ella se fabricó una capa para volar como simulaba hacer el cuadripléjico fallecido de Christopher Reeve.
Para conseguir su objetivo persiguió a todos los botelleros que conocía, al seguir los rastros de excremento que dejaban los maltratados caballos. Uno de ellos, cuenta la leyenda, en sus épocas de gloria el preferido del polista más fabuloso y limpiador de dinero del mundo, pero una mezcla letal de alfalfa con Ketamina lo llevó a una profunda adicción de la cual jamás se recuperaría. Falopa (ese era su nombre) tuvo un coma narcótico que lo dejó fuera de las canchas.
La viejita sin documentos, que se aburrió de seguir a los botelleros, formó un ejército de insectos con mil cucarachas, trescientas babosas, doce mil abejorros y cinco vinchucas, que solo utilizaría en casos de extrema necesidad. Cuando estaba llegando al lugar donde la esperaría la primera pista, le dieron ganas de cagar. Después de sentarse en su letrina imaginaria de asfalto, continuó su camino. El mensaje estaba escondido en la copa de un árbol tan pero tan gigante que la obligó a agacharse para agarrarla. El bonsai mágico, como lo llamaban en la villa, se comenzó a retorcer y explotó, sin dejar muertos alrededor. Como la viejita niña no sabía leer y no conocía a nadie que supiera, imaginó el contenido de la carta que estaba la cúspide del bonsai.
"Creo que decía que hay que matar al Darío", exclamó con felicidad, ya que sería el fin del perro más malo de todo el universo. Con la cuchilla de Don Aníbal atada a la cabeza, se preparó asesinar al animal, que estaba masacrando a cinco gatitos recién nacidos. Lanzada cual hombre bala enajenado, perforó el torso del sanguinario can, que se retorcía en el piso como una hiena embarazada, mientras que su sangre inundaba los hormigueros del barrio. Bañada en tripas, la vieja se regocijaba por su atrocidad, cuando del estómago del Darío se proyectaba un holograma futurista que le indicaba cual sería su próximo destino.


(continuará...)













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Si llegaste ahí, ganaste un premio. Reclamar en dicho blog.






(continúa)

"Me importa un carajo que los helados tengan gusto a kerosene, vos te los vas a morfar todos porque me hiciste gastar 5 pesos en tu antojito, querida, así que abrí la boca y empezá a manducar. Claro, ahora la señorita se hace la fifí, quiere que le traiga helado de Freddo, de El Piave, de la concha de su madre. O te lo comés o llamo a la ambulancia para que te lleve de nuevo al zoológico de donde te choreamos."
Esa fue la reproducción de lo que habría escuchado si las imágenes del holograma hubiesen tenido audio. La viejita se calzó los roller, y a toda velocidad fue a buscar a la mona que sus papás raptaron del zoo antes de que sea demasiado tarde. Cuando llegó a su casa, la escena era desoladora y descabelladamente terrorífica: La mona se había suicidado, ahorcándose con el cable del teléfono. La viejita, con lágrimas hasta en los tobillos, se escabulló entre los móviles de Crónica que debatían como titularían su placa roja. Escondidos en un placard estaban sus padres, que no pudieron contener la risa y salieron de su refugio de madera. La viejita, sabia, sabía que no tenía más remedio que afilar su paraguas y terminar con la vida de sus progenitores. El deseo irrefrebable de muerte y angustia sólo se saciaría si los mataba. Y así lo hizo. De una sóla estocada, a los dos juntos. Fin.





(
P
r
ó
l
o
g
o
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Tiempo más tarde, la viejita se puso un supermercado chino, dónde enseñaba artes marciales y se sacaba los mocos cuando estaba aburrida. O sino se comía las uñas, de las manos o de los pies, no importa, siempre fue muy versátil. O sino se apretaba un grano de la espalda. O sino se debilaba las pestañas. O sino jugaba al squash. Comía Vitina todo el día.
Los insectos de su ejército se murieron todos, menos una de las vinchucas, que esta muy pero muy deteriorada, en estado vegetativo desde 1921. Hubo debates públicos para saber si la desconectaban o no. Estaban a punto de hacerlo, porque la eutanasia era legal y a nadie le importó un carajo que hubiera debates, hasta que, una milésima de segundo antes de apagar el aparatito ese que da vida, palmó sola, no hizo falta.
Don Aníbal fue consejero escolar, concejal, intentente, gobernador y presidente, todo a la vez, hasta que se le cayó un piano en la cabeza, dejó la política por la música y ahora tiene un grupo de cumbia afgana que se llama "Los recovecos del corazón siempre dejan grietas para que una almohada se filtre por las venas y convierta la pesadilla más atroz en un villancico judío" y se llenó de guita.
El fantasma de la mona embarazada acechó por toda la eternidad a todo aquel que comía helado de kiwi, sin antes darle un beso, un abrazo y el hacha sagrada de los dioses egipcios.






P r ó l o g o e n i g m á t i c o







"Sean bienaventurados los cazafantasmas de este boceto de cuento, porque serán beneficiados por una suculenta recompensa."

viernes, octubre 14, 2005

La (in)sana costumbre

Hace unos días descubrí el momento exacto en el cual la niñez se termina, o por lo menos, queda relegada en segundo plano. Ese instante sucede cuando tenemos en nuestras manos una cajita de jugo Cepita/Baggio/Ades y después de beber todo su contenido, en lugar de arrojarla al piso para saltar sobre ella con toda vehemencia y produzca el delicioso sonido característico de su estallido, la tiramos en el tachito de basura más cercano sin demostrar emoción alguna.

sábado, octubre 08, 2005

La capital de Sri Lanka es Colombo

Ya van varias veces que me pasa lo mismo y me está asustando. Me despierto después de haber estado soñando que estoy anotado para cursar la materia Geografía (la cual es inexistente en mi carrera) y que ya pasaron muchas clases y nunca fui. No sé que carajo significará, pero el otro día, en la vida real, estaba en la facultad y pensé ¿Hoy fui a cursar Geografía? Hasta que pasaron unos largos segundos y recapacité. ¿Keanu Reeves tendría razón?

Sri Lanka en español es Isla Resplandeciente

miércoles, octubre 05, 2005

El diván a la deriva


Extirpado de una pared de la facultad de Ciencias Sociales, sede Parque Centenario.

Se me ocurren muchas cosas para decir, pero creo que el afiche habla por sí solo. Así que ya sabés, si sos del interior, y te sentís tan asquerosamente como la psicóloga del volante desea que te sientas, no dudes en comunicarte con ella porque hará que tu vida se transforme en el eden que jamás soñaste. Ah, no podía olvidarme del detalle patético/hilarante del supuesto "pueblerino" con el mapa arrugado, perdido en la gran ciudad, con los ojitos desorbitados y las cejas caídas, buscando desesperadamente la ayuda de la psicóloga cósmica.